Cuento ganador del concurso literario «Historias de Resistencia en Cuarentena».
El atardecer me gustaba, ahora me inquieta. He pasado tiempo en esta tormenta que no se va. Ha llegado el momento de preguntarse ¿Hasta cuándo? Un mes, dos meses, tres y nada, solo incertidumbre. El encierro que vivimos nos hace pensar, nos preguntamos qué hemos hecho. Recordamos el pasado, el presente, ahora solo los instantes. ¿Qué haremos con el tiempo que pasa en este encierro? Buscamos qué hacer para estar ocupado y no pensar en lo negativo, algo que nos llene, por ejemplo, dibujar, leer, escribir. Pero salir es un mundo por conocer, era lo cotidiano.
Pienso y pienso, hoy debo salir. Tengo temor, no tengo mascota para salir con ese motivo, pero igual saldré. Tomo la bolsa negra, le hago un nudo. Me miro al espejo y salgo. Admiro los árboles frondosos, el otoño sigue su paso, pero no se ha ido. El cielo azul resplandece a mi paso. Aromas de tierra mojada, el viento se lleva las pocas hojas. Nadie se ve, ha cambiado el mundo. Casi sin ruido, pero ahora sí se siente algo, es un camión que riega, más atrás viene el de la basura. Miro y cuelgo la bolsa negra en la reja. Respiro profundo, me quedo un rato con los ojos cerrados respirando más, abro los ojos y miro el horizonte, vuelvo. He salido un rato y tiene la importancia que nunca antes había tenido, dejar la basura al paso del camión.
En esta búsqueda ya somos diferentes. Cuando salgamos no seremos las mismas personas, quizás. Desde esta sensibilidad y los sentimientos y los meses nos hacen cambiar también. Y se viene otra noche con su luna para que me saque de esta incertidumbre. La observo resplandeciente, recuerdo cuando pequeña jugaba con ella, yo corría y me perseguía, me quedada quieta, la luna hacía lo mismo y volvía a correr para que me siguiera. Era una luna sonriente y me hacía reír también. Ahora está indiferente, no me mira, parece extraña desde mi ventana, solo logro verla hasta cierta hora. Ya no más. ¿Con qué juegan los niños en este encierro?
Recuerdo todo lo que me ha hecho feliz, lo que quedó plasmado en mi vida. La niñez, mi juventud y ahora mi adultez. Quiero ser feliz ahora, igual como antes y siempre. Pero aquí estoy con un día más en este encierro. Nuestras vidas van a jugar con una nueva luna y que mañana sea otro amanecer.
M. Olivia Hernández C.