DISCURSO NENITO

Primeramente diré que la patología dual es la coexistencia de una adicción a drogas y/o alcohol y patología psiquiátrica. A veces la adicción provoca estos cuadros -como en mi caso- y en otras los pacientes las traen desde siempre y el consumo las detona. Hemos visto a través de la experiencia con los egresados del Hospital de Día Alsino lo difícil que es insertar a una persona diagnosticada con patología psiquiátrica, más si está asociada al flagelo de la droga, ya que la estigmatización social dificulta su inserción mucho más.

Ahora paso a contarles mi experiencia. Egresé el año 2008, habiendo llegado de rebote desde el COSAM de La Florida. Venía saliendo de una peligrosa enfermedad y aprovechando la abstinencia de dos meses en el Hospital Sótero del Río comencé mi proceso en ALSINO. Aquí me di cuenta de que el sistema era diametralmente diferente a otros tratamientos en centros, hospitales y también intentos personales que habían fracasado.

Comencé mi proceso y me fui dando cuenta de que había desperdiciado un grandioso capital humano heredado de mis padres y mis propios estudios, poco explotados durante mi vida (bastante cómoda y carente de necesidades hasta ese entonces). Tras ocho meses de tratamiento egresé y junto al director y los colaboradores de ALSINO, optamos por habilitar espacios de sana convivencia en nuestro establecimiento.

Así nació nuestro Eco Jardín Comunitario, la construcción de la pérgola, y la plantación y mantención de jardines y huertos con la lógica autosustentable, el tratamiento de aguas grises y el uso de energía solar. Todo esto fue posible gracias a proyectos financiados mediante fondos concursables del SENADIS, CONAMA, SERCOTEC… Allí participaron colaboradores y egresados de ALSINO, equipo humano que se fue desgranando hasta formar un grupo de amigos que trabajan por un sueño: el de formar micro-emprendimientos.

Uno de los último proyectos consiste construir la empresa social, que consta de un taller de cocina y repostería. En ella empleamos mano de obra voluntaria del COSAM de La Florida y de egresados de ALSINO. Con esto hemos dado fiel prueba de que habiendo confianza de parte de la rama directiva de los centros de rehabilitación, los usuarios duales pueden ser y hacer las cosas en forma “normal” y “adecuada”.

La experiencia que nos queda de estas actividades de hermandad profunda va más allá de los logros materiales en sí; nos entrega lo que vale sentirse útil y protagonista de una empresa de esta importancia. En estos momentos estamos entregados a estos proyectos, donde nosotros somos nuestros propios empleadores prácticamente. Gracias a nuestro tesón estoy seguro de que nos irá excelente tanto en lo humano como en lo económico.

Estamos convencidos de que los usuarios de ALSINO y todos los que se interesen en entrar a nuestro proyecto serán recibidos y tratados todo trabajador chileno merece. Creemos en la inclusión laboral. Sin inclusión laboral no hay rehabilitación, y la razón de ser de este sueño de la Dirección de ALSINO se ajusta a este propósito.

Hemos sido estigmatizados por tener estas enfermedades. El común de la gente cree que somos personas poco confiables e incapaces de hacernos cargo de nuestras propias vidas. Uno de los lemas que he escuchado recientemente dice algo respecto a la importancia de “la vida independiente”, y esto se logra poniendo el alma y el corazón por hacer realidad todo aquello que muchos hablan y hacer frente a los deficientes intentos oficiales de paliar la falta de recursos médicos e infraestructura en el país.

Lo que logramos en nuestro Centro de Integración es nada menos que el fruto de la tenacidad de nosotros mismos, apoyados por la Dirección de ALSINO; ya que en este tema quienes más hacen son las personas que se comprometen y ponen su existencia al servicio de los que están olvidados por la sociedad. Con estos proyectos nos hemos ido integrando como personas con derechos y deberes, como personas productivas que se mantienen con sus medicamentos y controles como debe ser.

Cada vez más veo que la sabiduría escasea entre lo cotidiano y las conversaciones con real contenido las encuentro entre mis pares, que no dudan en decir la verdad sin tapujos ni traumas; ya que no hay vanidad ni egoísmo entre nosotros. A cambio, hay comprensión, amor y esa amistad que no se ven en las aulas ni en los foros televisivos. Esta espiritualidad sin religión la tenemos a flor de piel en nuestro Centro de Integración Social y Cultural, cuna de grandes logros que sin duda seguiremos cosechando día a día.

Nenito

10 de junio de 2016

Publicado en TESTIMONIOS.